miércoles, 26 de abril de 2017

Arco de Cuchilleros



La Plaza Mayor es una joya del urbanismo madrileño. Se trata de una plaza porticada de planta rectangular, de 129 metros de largo por 94 metros de ancho, que está completamente cerrada por edificios de viviendas de tres plantas, con 237 balcones en total que dan a la plaza. 


Dispone de nueve puertas de acceso, de las cuales la más conocida es la del Arco de Cuchilleros, en la esquina suroeste de la plaza. En el centro del lado norte de la plaza se levanta la Casa de la Panadería y enfrente suyo, en el lado sur, la Casa de la Carnicería. 


En los soportales, sostenidos por pilares de granito, se alojan numerosos comercios de hostelería, por ser un importante punto turístico de Madrid, así como de tiendas coleccionismo, filatelia y numismática.


En el centro de la plaza se encuentra la estatua ecuestre de Felipe III que fue comenzada por el escultor italiano Juan de Bolonia (Giambologna) y terminada por su discípulo Pietro Tacca en 1616.


 Fue regalada al rey español por el entonces Gran Duque de Florencia, estando inicialmente situada en la Casa de Campo. 


Fue en 1848 cuando la Reina Isabel II ordena su traslado desde su emplazamiento anterior a la Plaza Mayor. Actualmente, en el pedestal, figura esta inscripción: "La reina doña Isabel II, a solicitud del Ayuntamiento de Madrid, mandó colocar en este sitio la estatua del señor rey don Felipe III, hijo de esta villa, que restituyó a ella la corte en 1606, y en 1619 hizo construir esta Plaza Mayor. Año de 1848".



Los orígenes de la plaza se remontan al siglo XV, cuando en la confluencia de los caminos (hoy en día calles) de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como "Plaza del Arrabal", el mercado principal de la villa, construyéndose en esta época una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza.


En 1580, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, comenzándose el derribo de las "casas de manzanas" de la antigua plaza ese mismo año. 


La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quién concluirá la plaza en 1619.


La Plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, encargándose el mismo Juan Gómez de Mora de las obras de reconstrucción. 


El segundo de los incendios ocurrió en 1670 siendo el arquitecto Tomás Román el encargado de la reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. 


Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, que rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas, tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.


En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616.


En 1880, se restauró la Casa de la Panadería, encargándose Joaquín María de la Vega del proyecto. En 1921 se reformó el caserío, trabajo a cargo de Oriol. 


En 1935 se realizó otra reforma, llevada a cabo por Fernando García de Mercadal. Y en los años 60 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. 


La última de las actuaciones en la Plaza Mayor, llevada a cabo en 1992, consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.










domingo, 9 de abril de 2017

Lago de la Casa de Campo



El lago de la Casa de Campo es un estanque artificial de origen renacentista, situado en el parque homónimo, dentro de una de las superficies forestales más extensas de Madrid (España). Procede de la conjunción parcial de una serie de embalses primitivos, construidos en los años 1560 por Pierre Jasen y Adrian van der Müller, dentro del proyecto paisajístico que Felipe II encomendó al arquitecto Juan Bautista de Toledo, para el acondicionamiento del Real Sitio de la Casa de Campo.


El lago actual posee una superficie de 80.150 m² y tiene un volumen de agua de 164. 883 m³. Dispone de un embarcadero, que posibilita la navegación recreativa, y está habilitado para la práctica de ciertos deportes, como el remo olímpico, el piragüismo, el kayak-polo, la pesca deportiva con retorno o el triatlón.

Historia

Siglos XVI y XVII

El proyecto paisajístico ideado por Juan Bautista de Toledo comenzó a ejecutarse en 1562, tras la compra, por parte de Felipe II, del llamado Palacio de los Vargas, alrededor del cual fueron anexionadas varias fincas, que darían lugar al Real Sitio de la Casa de Campo.


Los primeros trabajos realizados dentro de este plan fueron diferentes infraestructuras hidráulicas, entre las que se encontraban cinco estanques contiguos, que se surtían del cercano arroyo Meaques a través de canalizaciones. Fueron creados por un equipo de ingenieros y fontaneros que el rey hizo traer de los Países Bajos, con Pietre Jansen y Adrian van der Müller como figuras más destacadas.

Estos estanques no solo tenían una función ornamental, sino que también eran utilizados como reservas de peces, que se cultivaban para el consumo humano. En algunos de ellos también era posible navegar, por medio de embarcaciones ligeras, e incluso se practicaba el patinaje sobre hielo. Existe constancia de que en el invierno de 1593 Felipe III, cuando todavía era príncipe, organizó una sesión de patinaje sobre la superficie helada de uno de los embalses.


Cada uno de los lagos tenía planta rectangular. Estaban separados entre sí por estrechos diques, que fueron construidos a partir de técnicas típicamente holandesas, como el doble muro de fábrica con relleno de tierra compactada.

El régimen pluvial del arroyo que abastecía a los cinco lagos hacía que, en época de fuertes lluvias, los diques de separación se inundasen, de tal manera que todos ellos quedaban unidos en una sola lámina de agua.


Los estanques estaban identificados con los nombres Grande, del Norte, del Medio, Longuillo y de la Higuera, tal y como se aprecia en el plano de Madrid que Pedro Teixeira elaboró en 1656. En este mapa también pueden distinguirse una suerte de pequeños surtidores, ubicados en la parte central de al menos tres de los embalses.


Debieron concluirse en 1570, ya que en este año Pietre Jansen tomó la decisión de regresar a su país de origen. En esas mismas fechas fueron plantados entre 200 y 300 chopos en los contornos de los lagos, provenientes de los jardines y bosques de Aranjuez.

Siglo XVIII

En el siglo XVIII fue construido un sexto embalse, pero no de manera contigua, sino en un lugar exento, cerca de la desaparecida Iglesia de la Torrecilla, donde hoy día se levantan unas instalaciones de tenis. Fue conocido con los topónimos de Estanque Chico, de la Sartén y Tenquero, nombre este último que alude a la tenca, una especie piscícola que ahí se cultivaba.

Siglo XIX

Con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, algunos de los embalses terminaron secándose, de tal modo que, llegado el siglo XIX, solo se conservaban tres de los cinco trazados durante el Renacimiento.


Uno de ellos, el más occidental, fue adaptado durante el reinado de Alfonso XII para la práctica del patinaje sobre hielo, razón por la cual empezó a ser conocido como Estanque de los Patines. En 1876 fue edificada en una de sus riberas la Casa de los Patines, que después Alfonso XIII mandó reformar, a partir de un proyecto de Rafael Ripollés, llevado a cabo entre 1909 y 1915.


Con respecto a los otros dos embalses que aún se mantenían, éstos realmente formaban una única masa de agua, al haberse sumergido la lengua de tierra que los dividía. Para reforzar esa sensación de unidad, se procedió a modelar su perímetro, a partir de un diseño ondulante, muy alejado de su planta geométrica original, en línea con los gustos tardorrománticos de la época, al tiempo que fue construido un embarcadero. De esta intervención surgió el lago que ha llegado a nuestros días.

Siglos XX y XXI

En el siglo XX, con la proclamación de la Segunda República (1931-1939), los estanques pasaron a manos municipales, tras incautar el Estado el Real Sitio de la Casa de Campo y cedérselo al Ayuntamiento de Madrid.7 Según se señala en un informe realizado por el consistorio, se encontraban en condiciones aceptables, excepción hecha del Tenquero, construido en el siglo XVIII, que a esas alturas prácticamente había desaparecido.


El 24 de octubre de 1932, ante la presencia de unas 15.000 personas, el lago principal acogió las primeras pruebas del llamado generador de aire, un dispositivo inventado por Adrián Álvarez Ruiz, dirigido a perfeccionar los sistemas de generación de aire de los submarinos. Dicha prueba duró alrededor de noventa minutos y se interrumpió por avería.


Al comienzo de la Guerra Civil (1936-1939), en el contexto de la Defensa de Madrid y, más concretamente, de la Batalla de la Ciudad Universitaria, disputada en noviembre de 1936, se produjeron numerosos combates en la franja de tierra comprendida entre los lagos y el Puente de los Franceses.


En 1968 el Estanque de los Patines fue desecado.11 Sobre su lecho se extiende hoy día una amplia explanada, que se utiliza como aparcamiento, cercana a la Glorieta de Patines, denominada así en referencia a su antiguo uso.


El lago actual, resultado de la conjunción de dos de los cinco embalses promovidos por Felipe II, ha sido objeto de numerosas intervenciones en los siglos XX y XXI, encaminadas a su adecuación para uso deportivo y recreativo. Además, en la primavera de 1992, le fue instalado un surtidor de 60 metros de altura, que puede autorregularse en función de la velocidad de viento, a través de un anemómetro situado en la orilla. Desde el año 2007 se procede a la depuración de sus aguas.

Características

El lago de Casa de Campo ocupa una superficie superficie de 80.150 m², lo que significa que es 2,15 veces mayor que el Estanque Grande del Parque del Retiro, también en Madrid, construido, este último, en el siglo XVII.


Tiene una capacidad de 164.883 m³ y su profundidad media es de 2,85 metros, con un máximo de 4,50 y un mínimo de 1,20. Debido a su escasa profundidad, reúne características propias de los lagos polimícticos, con tiempos cortos de retención del agua, y de los lagos eutróficos, especialmente ricos en nutrientes.

Tiene planta irregular, con una gran área redondeada, de cuyo extremo nororiental surge un apéndice alargado con forma de mango. Su perímetro se adapta, mediante un recorrido ondulante, a la orografía del terreno, si bien todavía se conservan algunos tramos rectilíneos que remiten al primitivo trazado renacentista.


Aunque históricamente el lago se ha alimentado del arroyo Maques, por medio de canalizaciones, en el momento actual se abastece del Canal de Isabel II, la empresa que gestiona el suministro de agua en la Comunidad de Madrid. De manera muy ocasional se ha surtido de otras fuentes, como líquidos freáticos captados de alguna gran obra.

Durante algún tiempo se sostuvo que el lago podía tener un origen natural, ante la presunción de que podían existir manantiales en el fondo. En una limpieza realizada en 1982, en la que se procedió a su vaciado, esta idea se desestimó por completo.


En cuanto a su fauna, el lago alberga distintas especies piscícolas, como la carpa común, el percasol, el carpín, la tenca, el barbo, el pez gato y la gambusia. En él también habitan diferentes colonias de aves acuáticas, entre las que cabe destacar el porrón europeo, el ánade azulón, el cormorán y la gaviota reidora.


Con respecto a su flora, su contorno estuvo poblado desde el siglo XVI de chopos, especie que todavía persiste, junto con otros árboles de ribera. No obstante, la mayor parte de su arbolado corresponde a especies características de la jardinería, como el el pino y el plátano de sombra. Uno de ellos es el llamado Plátano Gordo, un ejemplar de unos 200 años de edad, que figura en catálogo de árboles singulares de la Comunidad de Madrid. Su altura es de 20 metros y su diámetro de copa de aproximadamente 21.


En referencia a sus instalaciones, el lago cuenta con un embarcadero que permite la navegación recreativa y la práctica del piragüismo. Cerca de éste se encuentra el Centro de Información y Educación Ambiental de la Casa de Campo, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, que tiene como objetivo la divulgación de los valores naturales, históricos y culturales del parque. Las orillas están acondicionadas con paseos, barandillas, bancos y miradores, además de diversos elementos ornamentales, como un ancla donada por la Real Liga Naval Española y colocada en 1979. Existe también una zona de restaurantes.