viernes, 24 de febrero de 2017

Museo de Historia de Madrid



El Museo de Historia de Madrid, antiguo Museo Municipal, se encuentra en el distrito Centro de la capital de España, en la calle Fuencarral. Ocupa el edificio del Real Hospicio de San Fernando, construido en el siglo XVIII por el arquitecto Pedro de Ribera en estilo barroco. La portada principal es considerada como una de las obras más representativas del barroco civil español.


En 1673 se funda el Real Hospicio del Ave María y San Fernando. Del primitivo edificio solamente se conserva la capilla, ya que fue reformado en el siglo XVIII.

En 1919, el conjunto se declara monumento histórico-artístico gracias a la intervención de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Sociedad Española de Amigos del Arte, lo que permite su conservación ante la amenaza de ruina. En 1926 dicha sociedad organiza, con gran éxito, la Exposición del Antiguo Madrid, restaurando el Ayuntamiento el edificio para la ocasión. Como consecuencia, se decide crear el Museo Municipal, siendo inaugurado el 10 de junio de 1929.


En julio de 2002 comenzaron las obras de rehabilitación integral del edificio, dirigidas por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, armonizando el respeto por los elementos originales con la adecuación a los criterios museográficos más modernos, con el fin de mejorar la atención al visitante. La reapertura, tras más de una década de espera, se produjo al fin el 10 de diciembre de 2014, con humedades en la fachada y con trabajos aún pendientes, como la adecuación de la capilla y el arreglo de la fachada que da a la calle Beneficencia.


El museo está concebido como un completo recorrido por la historia de Madrid desde que fue declarada capital de España en el siglo XVI. Las colecciones municipales anteriores a este momento se exhiben en el Museo de San Isidro, llamado también Museo de los Orígenes, situado junto a la iglesia de san Andrés y la capilla del Obispo, en pleno Madrid de los Austrias.

Diseminadas entre un total de 14 salas, las colecciones del Museo de Historia se caracterizan por su variedad tipológica y temática. Muy destacables son las de pintura, escultura, muebles, abanicos de los siglos XVIII y XIX, planos, maquetas, porcelana de las fábricas del Buen Retiro y de la Moncloa, y platería.


Entre las pinturas más antiguas destaca una imagen ideal de San Isidro pintada a principios del siglo XVII por Bartolomé González, el Retrato del marqués de Vadillo por Miguel Jacinto Meléndez y otras efigies pintadas por Zacarías González Velázquez (La reina María Luisa de Parma, 1789), Antonio Carnicero (Carlos IV, 1789; Fernando VII, 1808), Joseph Flaugier (José Bonaparte, h. 1808-13), Vicente López Portaña (Fernando VII con uniforme de capitán general, 1816-18)...

Gracias a un amplio préstamo de obras del Museo del Prado quedan mejor ilustrados varios aspectos interesantes del Madrid antiguo, como:


Los Austrias y Borbones: Felipe II, escultura en alabastro de Pompeo Leoni; Carlos V y Felipe II, lienzo de Antonio Arias; Felipe V pintado por Rigaud.
El Palacio del Buen Retiro: Vista del estanque grande, de Juan Bautista Martínez del Mazo.
La elaboración de tapices en el siglo XVIII: cartones pintados por Ramón Bayeu y José del Castillo.
El ambiente de los cafés: cuadros de Leonardo Alenza.


Entre las obras más representativas, seguramente la más valiosa y célebre es la Alegoría de la villa de Madrid, de Francisco de Goya, cuadro que vivió curiosas peripecias: incluía un retrato oval de José Bonaparte, que posteriormente fue borrado y reemplazado por el de Fernando VII, y este fue igualmente sustituido por sucesivos repintes e inscripciones. Actualmente el óvalo carece de efigie alguna y reza simplemente: «Dos de mayo», en alusión al levantamiento madrileño contra Napoleón. Muy cerca de él cuelga un retrato de Manuel Godoy en sus primeros años de ascenso en la corte; éste lo pintó Francisco Bayeu y se exhibe aquí gracias a un préstamo de la Academia de San Fernando.


Otra pieza muy relevante del museo es una pequeña Virgen con el Niño en un trono (o Virgen de la Leche) de Pedro Berruguete, de gran refinamiento, que por la clausura temporal del edificio se exponía desde 2008 en el Museo de San Isidro y que en 2013 fue depositada en el Museo del Prado, en un acuerdo de comodato válido para cinco años prorrogables.


El arte de los siglos XIX y XX incluye ejemplos de, entre otros, Francisco Sans y Cabot (Amadeo I de Saboya, 1871), Aniceto Marinas (dos bustos en terracota), Dióscoro Puebla (Alfonso XII, 1876), Eduardo Balaca (La reina María de las Mercedes, 1878), Alejandro Ferrant y Fischermans (El pabellón español en la Exposición Universal de París, 1879), Enrique Martínez Cubells (La Puerta del Sol, h. 1900), Joaquín Sorolla, Raimundo de Madrazo (La soprano Adelina Patti, 1873; María Hahn, 1905), Ricardo de Madrazo (En el patio, 1893), Eduardo Chicharro (Tejados de Madrid, 1899), Aureliano de Beruete, Agustín Lhardy Garrigues (Madrid desde la noria de la Casa de Campo, 1896), Cecilio Plá (Salida de los cazadores de la Estación del Norte, h. 1900), José María López Mezquita (La infanta Isabel de Borbón y Borbón y la marquesa de Nájera a la salida de los toros, 1915), Ricardo Baroja (Mañana de invierno, 1939; grabado Máscaras, 1898-1912), Francisco Pradilla (El viernes santo en Madrid, 1914), el busto en mármol Alfonso XIII de Mariano Benlliure y el grabado Mujeres de la vida de José Gutiérrez Solana.

También hay que citar el gran lienzo Virgen con San Fernando de Luca Giordano, de finales del siglo XVII, que preside la capilla.


Excepcional es la extensa Maqueta de Madrid (conocida también como el Modelo de Madrid), realizada por el ingeniero militar León Gil de Palacio entre los años 1828 y 1830, y que se muestra en la sala de Cartografía y Maquetas del museo. Es una de las piezas más importantes de la institución, siendo considerada una de las maquetas históricas más antiguas e importantes de Europa. Gil de Palacio y sus ayudantes construyeron esta maqueta a escala 1:816 con extremada precisión en tan solo 23 meses. Todas las calles y edificios se muestran con notable fidelidad, representándose por primera vez los espacios libres del interior de las manzanas y la altimetría de la Villa y Corte. Constituye una fuente primordial para conocer la geografía histórica de la ciudad todavía encerrada en la cerca fiscal de tiempos de Felipe IV, cerca derribada años más tarde, en 1868, para dar lugar al Ensanche de la capital. Por ejemplo, la Puerta del Sol y el entorno del Palacio Real, presentan un aspecto similar al que conocieron las tropas napoleónicas, pocos lustros antes. También es el Madrid de la última época del pintor Francisco de Goya, que falleció en 1828 en Burdeos, pero que entre los años 1819 y 1824 residió en su casa de la extensa finca conocida como Quinta del Sordo, que también aparece en la maqueta.